Endodoncia: salva tu diente dañado antes de perderlo

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¿Cuántas veces has escuchado a alguien decir que le han “matado el nervio” de una muela? El nombre que recibe esta práctica es endodoncia y se realiza cuando el núcleo de un diente está dañado o infectado. Si tu dentista considera que es necesario llevar a cabo este tratamiento es porque el daño ya es irreversible, ya que afecta directamente a la pulpa dentaria, es decir, a la parte central del diente en la que se encuentran los nervios y los vasos sanguíneo.

Sigue leyendo para saber cómo se llega a este punto de no retorno. En Clínica Enrile te contamos qué es una endodoncia, cómo se lleva a cabo, las ventajas y desventajas que tiene y las recomendaciones que debes seguir si te sometes a una.

¿Qué es una endodoncia?

La endodoncia, tal y como explica la Asociación Española de Endodoncia, es la rama odontológica que trata la pulpa del diente (es decir, su raíz) y los tejidos que lo rodean. Una endodoncia se realiza cuando un diente sufre una caries, una infección o cualquier otra enfermedad tan severa que consigue traspasar el esmalte y la dentina, hasta llegar a su núcleo interno. En ocasiones, estas infecciones están tan avanzadas que resulta casi imposible salvar el diente. Para evitar que esto ocurra, es fundamental apostar por la prevención.

Endodoncia pulpa dental
Ilustración de la pulpa dental en el interior de un diente. Imagen: Captura del vídeo de la European Society of Endodontology (ESE)

El objetivo principal de una endodoncia es eliminar la infección y salvar el diente afectado. Es lo que se conoce comúnmente como “matar el nervio” de un diente. Este “nervio” y los vasos sanguíneos son los que componen la pulpa dental, o lo que es lo mismo: la parte blanda del diente. Y aunque esta parte es muy importante en el desarrollo de la pieza dental, lo cierto es que una vez que se ha formado la dentina y el esmalte, es decir, la parte dura, se puede eliminar y vivir perfectamente sin ella.

Pero ojo, es importante tener en cuenta que estamos quitando una parte importante para el diente, una parte ‘viva’ que, entre otras cosas, se encarga de hidratar al diente (sin ella, se deshidrata y es más fácil que se rompa). Además, al vaciar el diente le estamos privando de la propiocepción, que es el sentido que permite al cerebro percibir su ubicación, movimiento y otras acciones. En otras palabras: no notarás lo mismo si pasas el dedo por encima de un diente con endodoncia que con uno sin ella.

¿Cuándo llevar a cabo una endodoncia?

Una endodoncia dental se realiza cuando el nervio de la muela está dañado o infectado y no hay posibilidad de solucionarlo de ninguna otra manera. Esto puede ocurrir por varios motivos: una caries profunda que ha conseguido traspasar la parte dura del diente, un traumatismo que ha provocado la fractura de la pieza dental o una infección en las encías (piorrea o enfermedad periodontal) que ha llegado al núcleo.

Los síntomas más comunes que alertan de que existe algún tipo de infección o problema que ha llegado al núcleo de tu diente son: dolor agudo y persistente, flemón o hinchazón en la encía que rodea a la muela o una hipersensibilidad dental prolongada.

¿Cómo se hace una endodoncia?

Antes de realizar una endodoncia, el paciente acude a la consulta para que el especialista lo valore mediante radiografías y otras pruebas diagnósticas que permiten saber el estado del diente y de la boca en general. Tras analizar los resultados, determinará si la endodoncia es la solución más recomendable.

Proceso endodoncia

Estas son las fases de una endodoncia:

  1. Se abre un hueco en el diente para llegar a la pulpa a través del conducto correspondiente.
  2. Se limpia el interior del diente y se elimina toda la pulpa.
  3. Cuando el diente ya está limpio, se rellena el hueco de la pulpa con un material especial para dejarlo sellado.
  4. Si es necesario, se implanta una corona para proteger mejor el diente.

Beneficios y desventajas de una endodoncia

Como cualquier tratamiento odontológico, la endodoncia presenta numerosas ventajas, pero también algunos inconvenientes.

Ventajas de la endodoncia

  1. Es un tratamiento indoloro: gracias a la anestesia local, la endodoncia es un procedimiento prácticamente indoloro. Cuando la endodoncia está ya hecha y el efecto de la anestesia se va, es posible sentir algo de dolor o molestias. Si es el caso, el dentista se encargará de recetar algunos medicamentos para minimizar esta sensación.
  2. Es un tratamiento seguro: sí, pero tiene riesgos. A pesar de ser un procedimiento efectivo que salva miles de dientes cada día, hay ciertos peligros que pueden ocurrir tanto durante la intervención como en el tratamiento. Una fractura dental o la pérdida del diente son algunos de ellos. El paciente debe estar correctamente informado de estas excepciones antes de someterse a una endodoncia.
  3. Se conserva el diente natural: con la endodoncia no será necesario ponerse un implante dental, ya que emplea la técnica de odontología conservadora, es decir, salva al diente original, eliminando solo los tejidos afectados. De esta forma, en la mayoría de los casos mantendrás tu sonrisa natural.

Inconvenientes de la endodoncia

  1. Posible dolor tras el procedimiento: algunos pacientes experimentan un dolor persistente después de una endodoncia dental.
  2. Aparición de fiebre: aunque no es muy frecuente, también se puede experimentar cuadros de fiebre leve.
  3. Dificultad para masticar: tras la endodoncia también es posible que los pacientes sientan dolor al morder o al masticar.

Pasadas unas horas o incluso unos días, todas las desventajas que pudiesen surgir, deben haber desaparecido. En caso contrario, consulta a tu dentista.

Endodoncia

Recomendaciones tras hacer una endodoncia

Los cuidados después de la endodoncia son sencillos, pero es importante seguirlos para que el diente no se vuelva a infectar o el tratamiento se vuelva doloroso. Es importante seguir estas recomendaciones hasta que el diente esté totalmente recuperado de la endodoncia dental:

  • No comer alimentos duros ni masticar con el diente intervenido.
  • No comer chicles o caramelos pegajosos.
  • Evitar el tabaco.
  • Extremar la higiene bucal y la limpieza con el cepillo, la seda o hilo dental y los interdentales.
  • Acudir a las revisiones periódicas con tu dentista.

¿Cómo evitar llegar a una endodoncia?

La endodoncia suele ser necesaria cuando la pulpa del diente ya está dañada. Esto lo provoca, fundamentalmente, alguna caries muy profunda, alguna infección o algún traumatismo que ha podido fracturar el diente. Y a excepción del golpe, todas las causas se pueden prevenir. ¿Cómo?  Realizando visitas periódicas de prevención a tu dentista y cuidando tu salud bucodental:

  • Cepíllate los dientes: hazlo todos los días después de las comidas, mínimo dos veces al día. La duración del cepillado tiene que ser de, al menos, dos minutos.
  • Evita el alcohol y el tabaco: estas sustancias son nocivas para la salud en general y, por supuesto, la bucodental. Consumirlas aumenta el riesgo de sufrir enfermedades periodontales y de que aparezcan manchas en los dientes, entre otras consecuencias.
  • Usa protector bucal al hacer deporte: si practicas algún deporte de contacto, como el fútbol o el rugby, lo mejor es usar un protector bucal que proteja tus dientes. Recuerda que un traumatismo puede provocarte una fractura en un diente y afectar a su pulpa.
  • No abuses de los dulces: los dulces, refrescos y otros alimentos ácidos aumentan el riesgo de sufrir caries, una de las causas más frecuentes para necesitar una endodoncia.
  • Visita a tu dentista: es aconsejable visitar al dentista de forma periódica. Aunque tengas una ‘boca sana’, es en estas revisiones en las que se detectan a tiempo los problemas.

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