Puedes ser bruxista y no saberlo. El bruxismo o apretamiento dental es un trastorno que hace que apretemos o rechinemos los dientes de forma prolongada, ya sea mientras dormimos o en estado de vigilia. Tanta presión no trae nada bueno: destrucción y desgaste de los dientes, recesión de las encías, caries, traumatismos, dolores de cabeza y cervicales… Por eso es crucial estar atento a las señales que pueden revelarnos si somos bruxistas y, sobre todo, saber qué hacer para dejar de apretar los dientes.
Según la Sociedad Española de Disfunción Craneomandibular y Dolor Orofacial (SEDCYDO), un 8 % de la población general aprieta o rechina los dientes mientras duerme (bruxismo del sueño). Sin embargo, son más las personas que lo hacen durante el día (bruxismo de la vigilia): hasta un 20 % en el caso de los adultos y un 12 % en el de los niños. Unos porcentajes que, según apuntan desde el Consejo de Dentistas de España, se han incrementado por el estrés generado por la pandemia de la covid-19.
¿Cuándo debo empezar a preocuparme por apretar los dientes?
Apretar los dientes en momentos muy puntuales es algo normal y, en principio, no tiene por qué suponer problemas. Solemos hacerlo, por ejemplo, mientras realizamos un esfuerzo físico o para reprimir emociones como el llanto o la euforia. Cuando esto se convierte en un hábito diario y prolongado durante horas, se convierte en un problema llamado bruxismo.
Pero, ¿cómo saber si estás apretando los dientes? La vía más rápida y fiable es consultarle a tu dentista.
Sin embargo, existen algunas señales que pueden darte la voz de alarma, como:
- Desgaste de los dientes, sobre todo de los incisivos y caninos. Este desgaste supone, además, una pérdida de esmalte que termina provocando hipersensibilidad dental.
- Dolores en la cara, cabeza o cuello, que a veces podemos confundir con migrañas.
- Fracturas de dientes, implantes o prótesis, como consecuencia de la presión que se ejerce sobre ellos.
¿El bruxismo tiene tratamiento?
Sí. Las causas del bruxismo son múltiples y entre ellas encontramos el estrés y la ansiedad, además de problemas de oclusión (cuando los dientes superiores e inferiores no terminan de encajar bien). Puesto que su origen es multifactorial, su tratamiento también lo es y suele abordarse principalmente desde tres niveles:
- Tratamiento odontológico
- Corrección de maloclusiones, que puede ir desde un sencillo ajuste de los contactos entre dientes hasta un tratamiento de ortodoncia.
- Férulas oclusales o de descarga. Son una especie de funda dental que se coloca en los dientes superiores para reducir el desgaste y lograr una mayor relajación de los músculos. Aunque no eliminan el bruxismo, sí amortiguan sus efectos negativos en los dientes y músculos masticatorios.
- Tratamiento farmacológico
En los casos de bruxismo asociado a ansiedad, niveles elevados de estrés diurno o insomnio, además de la terapia psicológica podría estar indicada la farmacológica, con ansiolíticos (clonazepam o buspirona), antidepresivos (amitriptilina) o betabloqueantes (propanolol), siempre durante cortos periodos de tiempo para evitar los efectos secundarios de estas medicaciones. - Tratamiento psicológico
Ante situaciones de estrés o ansiedad crónicos, son aconsejables técnicas de relajación y meditación, así como terapias cognitivo-conductuales que pueden ser indicadas por el psicólogo.
Las visitas periódicas al dentista son la mejor forma de detectar el bruxismo en su estado inicial, antes de que genere daños irreversibles en nuestra boca. Son el primer paso para detectarlo y poder establecer un tratamiento acorde a tu caso.
2 respuestas
Buenas tardes, ¿cuál es el precio de una férula de descarga?
Estimada Cristina:
La férula de descarga tiene un coste de 300 euros. No se trata sólo del dispositivo en sí, sino de un tratamiento personalizado que en Clínica Enrile incluye lo siguiente:
Esperamos haber resuelto tu duda.
Muchas gracias.
Un saludo.