Hay edades en las que decir que te han salido una o varias muelas del juicio te proporciona cierto orgullo. Su aparición siempre se ha relacionado con la madurez, pero… ¿qué tiene esto de mito y qué de realidad?, ¿a qué edad están programadas para salir? o ¿por qué no a todos nos salen? Estas y otras cuestiones te las resolvemos en Clínica Enrile. Presta atención porque te contamos todo lo que hay que saber sobre las muelas del juicio:
¿Cuáles son las muelas del juicio y por qué salen?
Las muelas del juicio, también llamadas “terceros molares” o “cordales”, son los dientes que aparecen en la última posición de la línea de la dentadura y que en muchas ocasiones resultan un estorbo para nuestras bocas. Y, ojo, no en pocas ocasiones, ya que según datos de la Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilofacial (Secom), causan problemas a dos tercios de la población.
La evolución es la que tiene la culpa. A medida que han ido pasando los milenios, nuestros maxilares (los huesos que forman nuestra mandíbula) han reducido su tamaño; no así nuestro número de dientes, que continúa siendo el mismo: 32. Por ello, hay casos en los que las muelas del juicio apenas encuentran hueco en nuestra boca. Bueno, ni hueco, ni uso.
Nuestros antepasados de las cavernas no solo tenían espacio de sobra, sino que además les daban buen uso a estas muelas, que les ayudaban a masticar alimentos más duros, como carne cruda o raíces, que hoy ya no forman parte de nuestra dieta habitual.
Curiosidades sobre las muelas del juicio
Su falta de utilidad, sumada a los daños que pueden provocar en la salud de tu boca cuando no encuentran espacio suficiente y la evolución anatómica del ser humano hacen que a las muelas del juicio solo les depare un futuro: la desaparición, ya sea natural o artificial (cuando el dentista la considera necesaria). Pero mientras les llega su momento, nos gustaría contarte algunos aspectos curiosos de estos “terceros molares”.
¿Por qué se llaman así?
Las muelas del juicio suelen aparecer entre los 16 y los 25 años, una etapa en la que la sociedad entiende que desarrollamos la madurez y el juicio. No obstante, es posible que estas muelas se mantengan escondidas hasta los 30, 40 y hasta los 50 años, e incluso puede que nunca aparezcan.
¿Por qué no todos tienen muelas del juicio?
No existe una respuesta definitiva para esa pregunta, pero se podría considerar que es fruto de la evolución. Así que, si te quedaste sin sentir ese orgullo por la incipiente “madurez” que otorga la primera muela del juicio, siempre puedes compensar ese sentimiento con otro: el de ser una persona más “evolucionada”. No obstante, no hay ciencia cierta en ninguna de estas afirmaciones.
¿Sabías que pueden salvarnos la vida?
Un estudio reciente llevado a cabo por la Universidad Internacional de Cataluña afirma que las muelas del juicio contienen poblaciones enteras de células madres. Esto significa que están cargadas de la posibilidad de generar tejidos óseos, hepáticos, neuronales, etc. Una fuente de vida.
¿Cuándo es conveniente sacar una muela del juicio?
La extracción de las muelas del juicio ha sido hasta hace unos años una práctica muy extendida, y aunque hoy día lo sigue siendo, el avance de la ciencia ha determinado que, a no ser que exista una causa justificada para ello, es preferible dejar a estos terceros molares en paz.
Ahora bien, teniendo en cuenta lo que decíamos, que dos tercios de la población experimenta algún tipo de molestia o complicación con las muelas del juicio, podemos considerar que existen varios casos que justifican su extracción. Principalmente, los siguientes:
- Caries e infecciones. Al estar ubicadas al fondo de la boca, en una zona menos accesible para el cepillo y el hilo dental, es más difícil mantenerlas con el mismo nivel de higiene que el resto de dientes. Por eso es frecuente que hagan su aparición en ellas las caries y otros tipos de infecciones.
- Muela retenida o erupcionada. Es la causa más común de extracción de una muela del juicio. Sucede cuando la muela no se acomoda a su posición y sale torcida o a medias. En estos casos, no solo puede afectar a las muelas de alrededor, sino que puede causar infecciones, ya que queda una abertura en la encía que inevitablemente se convierte en zona de recreo para todo tipo de bacterias.
Síntomas como el dolor, las encías inflamadas o molestias al masticar te darán una pista de que probablemente algo no va bien con tu muela del juicio y de que, por tanto, deberías visitar a tu dentista cuanto antes.
Procedimiento de extracción de las muelas del juicio
Si has acudido a tu dentista porque sientes dolor o molestia y este ha decidido que es necesario sacarte la muela del juicio, no queda otra: a uno de tus terceros molares le ha llegado su hora.
Antes de contarte cuál es el procedimiento mediante el cual se extrae una muela del juicio, nos gustaría que supieras que no tiene por qué resultarte doloroso, ya que la mayoría de las veces utilizamos anestesia local o sedación e incluso anestesia general en casos excepcionales.
- Diagnóstico. Una vez que tu dentista ha llevado a cabo un examen exhaustivo no solo de la muela de juicio en cuestión, sino de toda tu boca, valorará si es conveniente extraer la muela o si, por el contrario, puede tratarse.
- Extracción. Si finalmente la extracción es la mejor solución, tu dentista te aplicará un anestésico local para adormecer la zona o sedación si necesitaras mayor comodidad durante el procedimiento. Una vez comience, en muy pocos minutos la habrá extraído sin que no hayas notado más que un poco de presión en la zona. Por último, te colocará una gasa sobre el lugar de la extracción para controlar el sangrado y facilitar la formación de un coágulo de sangre.
- Extracción de un diente retenido. Estos casos son más complicados, ya que el dentista tendrá que hacer una incisión en la encía para llegar hasta el diente. Una vez que lo ha extraído, lo más probable es que tenga que aplicarte puntos de sutura para facilitar la cicatrización.
Cuidados y recomendaciones tras la exodoncia
Por lo general, entre 24 horas y una semana después de una extracción o exodoncia ya estarás completamente recuperado. Eso sí, hay casos en los que puedes experimentar cierto dolor o rigidez en la mandíbula, así como boca y mejillas inflamadas o incluso notar un sabor desagradable. Para evitar complicaciones, sigue al pie de la letra las instrucciones que te haya dado tu dentista. Algunas de sus recomendaciones pueden ser las siguientes:
- Mantén la gasa para evitar la hemorragia. Lo recomendable es que la presiones (mordiendo con suavidad) durante 20 o 30 minutos para ayudar a que se forme el coágulo que evitará el sangrado. Este coágulo es fundamental para la cicatrización.
- No te enjuagues ni cepilles los dientes. Espera al menos 24 horas antes de hacerlo. Una vez pasado este tiempo, puedes utilizar un cepillo ultrasuave evitando tocar la parte de la encía afectada.
- Evita el tabaco y el alcohol. Durante las tres semanas posteriores a la extracción, ni fumes, ni bebas alcohol. El riesgo de infección aumenta considerablemente.
- No hagas ejercicio físico. Cualquier esfuerzo físico, ya sea deportivo o de otro tipo, es desaconsejable en las primeras 24 horas tras la extracción, ya que puede tener lugar un sangrado inesperado.
- Duerme con dos almohadas. La noche de la extracción es recomendable dormir con dos almohadas y durante al menos ocho horas. El descanso tras la cirugía es fundamental para que el organismo se reponga.
- Come alimentos blandos y fríos. Y también muchos líquidos, para evitar el esfuerzo de masticar, sobre todo durante las primeras 24 horas. Además, el frío ayuda a la cicatrización.
- Toma solo la medicación que te ha indicado tu dentista. Adquiere cuanto antes las medicinas que te ha prescrito tu dentista ya que, cuanto antes empieces a tomarlas, antes evitarás posibles dolores.
Consecuencias de no extraer una muela del juicio en malas condiciones
Mantener en la boca una muela del juicio en malas condiciones no es solo algo totalmente innecesario, sino también peligroso. Estas serían sus consecuencias:
- Enrojecimiento, hinchazón, sensibilidad o sangrado de encías.
- Dolor e hinchazón mandibular (flemón).
- Mal aliento.
- Dificultad para abrir la boca.
- Infecciones recurrentes.
- Deformación de los dientes próximos a la muela del juicio.
Aunque es cierto que nadie mejor que tú es capaz de saber si sientes algún tipo de dolor que provenga de la muela del juicio, nadie como tu dentista podrá valorar si es mejor extraerla para que deje de darte la lata o para evitar futuras complicaciones. En Clínica Enrile disponemos de los medios para estudiar tu caso y tomar la decisión más acertada. ¡Te esperamos!