Ya se lo dijo Don Quijote a Sancho: “más se ha de estimar un diente que un diamante”. Desde la época cervantina (y mucho antes) ya se perseguía la meta de mantener una boca y unos dientes sanos. Y aunque hoy en día conocemos que una correcta higiene bucodental influye de forma directa en nuestra salud -hay estudios que demuestran que las enfermedades periodontales favorecen la aparición de infartos, alzhéimer, cáncer-, todavía hay un 27 % de los españoles que lo considera algo meramente estético.
En Clínica Enrile vamos a darte algunas recomendaciones para una buena higiene bucodental.
Cómo mantener una buena higiene bucodental
La higiene de tu boca no solo se refiere a tus dientes, también incluye lengua y encías. Es por eso que el cepillado dental, aunque es un pilar importante, no basta para mantener una buena higiene bucodental. Para una rutina de limpieza completa y adecuada es necesario incluir el uso de seda o hilo dental, cepillo interdental y colutorio.
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Consejos para la higiene dental
Un buen cepillado es fundamental para una buena higiene dental. Pero, ¿lo estás haciendo bien? Presta atención:
- Enjuagarse la boca antes de comenzar. De esta forma, eliminarás los restos de comida más grandes y neutralizarás el ácido de algunos alimentos y bebidas.
- No mojes el cepillo de dientes. Aunque es una práctica muy extendida, no es aconsejable mojar el cepillo antes de comenzar el cepillado. La mejor manera de limpiar nuestros dientes es con el cepillo en seco, ya que este actuará como una escoba que “barrerá” las bacterias. Así, se impedirá que se forme la placa bacteriana que cuando se endurece da lugar al sarro. Y ojo, no frotes con demasiada energía, podrías desgastar tu esmalte y tus encías podrían retraerse como consecuencia de un cepillado agresivo.
- La pasta dentífrica no es obligatoria. Otra creencia popular es que la pasta de dientes es fundamental para la higiene dental, pero esto tampoco es cierto. La pasta dentífrica no tiene ningún papel extra a la hora de eliminar la placa bacteriana, pero sí que puede ser una buena aliada para aportar flúor a los dientes. Además, también las hay que tienen propiedades antisépticas. Lo mejor será que consultes a tu dentista cuál es la que mejor se adapta a tus necesidades.
- El cepillado interdental, lo primero. La limpieza interdental es la que permite eliminar los restos de placa más inaccesibles. Puedes emplear hilo o seda dental si el hueco entre los dientes es muy estrecho, o cepillos interproximales si el hueco es mayor. También puedes combinar ambas herramientas.
- Crea una secuencia de cepillado: para hacer el cepillado más sencillo, puedes dividir tu boca en cuatro cuadrantes: la parte superior derecha, la parte superior izquierda, la parte inferior derecha y la parte inferior izquierda. Empieza por la parte exterior con movimientos giratorios desde la encía hasta el final diente; luego, pasa a la cara interna de los dientes, con la misma técnica; y por último, limpia horizontalmente la parte triturante de los dientes (esa con la que mordemos), con movimientos hacia delante y hacia atrás. En este vídeo del Consejo General de Dentistas te muestran cómo cepillarte los dientes siguiendo esta técnica:
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Consejos para la higiene lingual
El cepillado de la lengua es imprescindible para mantener una higiene bucodental óptima. ¿El principal motivo? Es en ella donde se acumulan más bacterias. De hecho, si cepillas bien tu lengua, evitarás en gran medida que hagan su aparición enfermedades de las encías, como la gingivitis y la periodontitis, contribuirás a eliminar el mal aliento (halitosis) y conseguirás que mejore tu sentido del gusto.
Para limpiar la lengua se puede usar el mismo cepillo de dientes. Basta con que lo pases desde el fondo hasta la punta, haciendo un barrido y sin apretar demasiado el cepillo. Si el cepillo te produce náuseas, entonces puedes utilizar un raspador lingual, que puedes encontrar a la venta en farmacias.
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Consejos para la higiene de implantes dentales
Las recomendaciones de higiene bucodental si tienes implantes dentales son las mismas que si no los tienes. Pero ojo, porque sus consecuencias pueden ser más graves. Y es que no solo te expones a las enfermedades periodontales, sino también a aquellas asociadas al uso de estas prótesis fijas, como son la mucositis (inflamación de las encías alrededor del implante) o la periimplantitis (inflamación de las encías que ya afecta al hueso sobre el que se coloca el implante).
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Consejos para la higiene de la ortodoncia
Cuando se tiene una ortodoncia fija (es decir, brackets), la higiene bucodental cobra una importancia extra. Los aparatos acumulan más restos de comida y además dificultan la limpieza, por lo que hay que dedicar aún más cuidado a la tarea de mantener nuestros dientes limpios.
En rasgos generales, la limpieza de tu ortodoncia se realiza de la misma forma que la higiene dental habitual, pero hay algunos detalles a tener en cuenta.:
- Puedes usar cualquier cepillo de dientes (siempre y cuando tenga un cabezal de un tamaño adecuado y unas cerdas suaves o medias), pero también puedes encontrar cepillos en forma de “V” especiales para brackets.
- Antes de empezar, retira las posibles gomas y hierros extraíbles que tenga tu ortodoncia y, cuando estés haciendo el cepillado, haz especial hincapié en las partes donde estén tus aparatos.
- Pon especial atención a la limpieza interdental. Puedes usar un cepillo interproximal o seda dental. En el mercado también existen hilos dentales llamados “súper floss”, que tienen un extremo rígido que ayuda a introducir el hilo entre los aparatos y los dientes.
Si tu ortodoncia es extraíble, como es el caso de los alineadores invisibles, sigue los siguientes consejos de limpieza y mantenimiento:
- Utiliza un cepillo exclusivo para tu férula, además de un jabón neutro y agua tibia. No utilices pasta de dientes y pásalo por todos los recovecos.
- Lávate bien los dientes y pásate el hilo, seda dental o los cepillos interdentales antes de ponerte la férula.
- Siempre que te los quites para comer o beber, guárdalos en su caja. Así evitas que se deformen, que se extravíen y que se ensucien.
- Además de la limpieza diaria, lleva a cabo una limpieza profunda una o dos veces por semana.
No obstante, consulta siempre a tu ortodoncista cuáles son las pautas para la higiene de tu ortodoncia.
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Consejos para la higiene de tu cepillo de dientes
De nada sirve cepillarse los dientes si el cepillo no está en condiciones. Te contamos cuáles son los cuidados para tu cepillo de dientes que no puedes dejar pasar:
- Cámbialo cada tres meses. Nunca más de este tiempo.
- Enjuágalo y sécalo después de usarlo. Después de cada uso, mete tu cepillo de dientes debajo del chorro de agua para eliminar los restos de comida y de pasta dental. Eso sí, asegúrate de que la próxima vez que lo utilices esté completamente seco. También es importante que lo mantengas en un lugar ventilado y que no lo cubras con nada para evitar que coja humedad.
- Cámbialo después de un resfriado o una gripe. Si no cambias tu cepillo, es posible que los gérmenes se queden en sus cerdas y que, la próxima vez que te laves los dientes, recaigas.
- No lo compartas con nadie. Aunque esto puede parecer obvio, es muy importante. Y ojo, porque compartir no solo significa prestarlo para el cepillado, también puede ser dejarlo pegado al cepillo de otra persona durante horas y horas.
Importancia de llevar a cabo una buena higiene bucodental
La higiene bucodental no es solo una cuestión estética, sino que tiene vital importancia en tu salud general. Si lavas tus dientes un mínimo de dos veces al día, durante al menos dos minutos, y limpias también tu lengua y encías, estarás impidiendo que las bacterias campen a sus anchas por tu boca y, por ende, por todo tu organismo.
De hecho, está demostrado que los pacientes con periodontitis -y ojo, el 40% de la población adulta padece esta enfermedad en nuestro país– poseen un riesgo más elevado de sufrir otras enfermedades como infarto agudo de miocardio, diabetes, neumonía, hipertensión, alzhéimer o incluso algún tipo de cáncer.
Qué evitar para mantener la higiene y salud de tu boca
Y ahora que ya sabes qué hacer para mantener una buena higiene bucodental y su importancia, te contamos qué es lo que NO debes hacer para que tu esfuerzo merezca la pena.
Cepillarte solo por la mañana
Hay que cepillarse los dientes al menos dos veces al día. Es muy importante no faltar a la cita con el cepillo por la noche, ya que durante el sueño las bacterias tienen mucho tiempo para desarrollar el biofilm dentro de nuestra boca. En concreto, la biopelícula dental, que es la antesala de la placa bacteriana, necesita unas 12 horas para formarse. Por lo tanto, si nos vamos a dormir y no cepillamos nuestros dientes desde el mediodía, esta placa empezará a desarrollarse y, con ella, la posibilidad de sufrir inflamación o sangrado de encías.
No cepillarte el tiempo suficiente
Además de dos veces al día, también es necesario cepillar nuestros dientes durante un mínimo de dos minutos. El tiempo medio que dedicamos los españoles al cepillado es de 30 a 40 segundos, insuficiente para eliminar toda la placa bacteriana.
Cepillarte los dientes con demasiada fuerza
Otro error al cepillarnos los dientes es hacerlo de forma demasiado agresiva. Esto puede provocar:
- Retracción de encías. Con la consecuente pérdida de tejido gingival que deja al diente más expuesto, favoreciendo así la acumulación de placa bacteriana entre el diente y la encía. Además de alterar notablemente tu sonrisa.
- Desgaste dental. La erosión del esmalte no solo tiene consecuencias estéticas, también saludables. Y es que está directamente relacionado con la sensibilidad dental.
- Sensibilidad dental. Un esmalte dental muy erosionado puede provocar dolor intenso ante situaciones como bebidas o alimentos muy calientes o muy fríos.
No dar importancia a la limpieza interdental y olvidarte de la lengua
Para eliminar por completo las bacterias y evitar la formación de placa, es necesario al menos una limpieza interdental al día. Los estudios han demostrado que el hilo dental consigue eliminar el 73 % de la placa bacteriana, mientras que el cepillo interproximal lo hace en un 93 %.
Y en cuanto a la lengua, de nada sirve cepillarnos los dientes a conciencia dos veces al día si luego nos olvidamos de limpiar la lengua. Como ya sabes, este órgano acumula la mayor parte de las bacterias de nuestra boca y, si no se cepilla como es debido, puede ser la causante de enfermedades periodontales, el mal aliento y la caries.
Usar demasiada pasta dental
Para una higiene bucodental óptima solo es necesario un poco de pasta dentífrica, una porción del tamaño de un guisante, o incluso nada. Además, aunque la pasta dental parezca algo imprescindible, es solo un complemento, siendo posible hacer un cepillado correcto con el cepillo en seco y sin ningún añadido.
Usar un cepillo inadecuado
Es de lo más habitual no acertar con el cepillo de dientes, puesto que a la hora de comprarlos nos guiamos más por el diseño que por su propia utilidad. Para evitar que caiga en tus manos un cepillo de dientes que le está haciendo un flaco favor a tu boca, un consejo: consulta a tu dentista cuál es el que mejor se adapta a tus necesidades.
No obstante, te adelantamos que es aconsejable que no tenga el cabezal demasiado grande, con el fin de que pueda llegar a zonas de difícil acceso (como la parte posterior de la boca) o que las cerdas no sean demasiado duras, para evitar que desgaste tu esmalte o retraiga tus encías.
No cambiar el cepillo
Como ya hemos dicho, el mantenimiento del cepillo de dientes también es importante para una buena higiene bucodental. Si limpiamos nuestros dientes, encías y lengua con un cepillo en mal estado, no eliminaremos las bacterias. Lo recomendado por dentistas es cambiarlo cada dos o tres meses. Una buena manera de recordar el cambio de cepillo es con el cambio de estación: cada vez que entremos en una nueva estación del año, toca renovar el cepillo.
Faltar a tus citas periódicas al dentista
La importancia de acudir a tu dentista al menos una o dos veces al año determinará en gran medida el estado de tu boca y dientes. No vayas al dentista solo porque sientes alguna molestia, ve con la intención de prevenir y cuidar tu salud bucodental de la que, como ya sabes, depende en gran medida el estado de tu salud general.